viernes, 10 de octubre de 2014

NACIMIENTO DEL COLEGIO CLARETIANO

Es cosa muy conocida en la historia de Magdalena del Mar o Magdalena Nueva, que la base de su urbanización la constituyeron dos fac tores igualmente importantes: el excelente clima y los terrenos de la familia Puente, representada en sus principios por la hija mayor, la Sra. Constanza de la Puente Valega. El rápido crecimiento de la nueva población llevaba consigo la pérdida de la tradición de dicha familia, una de las más nobles de Lima, enlazada con linajudos títulos de la nobleza española.

Sra. Constanza de la Puente de Valega
A cuya iniciativa y con la donación del amplio solar donde se encuentran el Templo del “Corazón de María” y el Colegio Claretiano en Magdalena del Mar para la labor evangelizadora y pedagógica de los Padres Claretianos.
Empeñada por la marcha del colegio, el catecismo de los niños y el bienestar de los profesores, la Congregación Claretiana la tiene entre sus “Bienhechores Insignes”.
La Santa Sede la condecoró por su ardiente celo a las vocaciones religiosas y sacerdotales.


Sr. Raúl Valega
Preclaro Ingeniero, bienhechor y entusiasta admirador del Colegio Claretiano, hijo de la Sra. Constanza de la Puente.



Como monumento de recuerdo histórico de un señorío, casi feudal, la Sra. Constanza tuvo la inspiración de dotar a la progresiva ciudad de un Colegio, donde se educasen los descendientes de sus colonos antiguos, poniendo un colofón digno, en armonía con los muchos beneficios que la familia Puente dispensaba a sus dependientes. La fama que se conquistaron los Padres Claretianos en la dirección del Colegio- Seminario de Santo Toribio, determinó a la Sra. Constanza a entregar a la Congregación Claretiana los terrenos o el solar sobre el cual se levantaría el establecimiento.

No sólo fue la donación de los terrenos: el prestigio social de la señora fue aprovechado para formar un comité de señoras de primera sociedad que organizó, para ayudar los principios de la obra, una magnífica kermesse, la cual fue favorecida con valiosos donativos y por el concurso de la nobleza limeña, al frente de la cual se presentó el mismo Presidente de la República, Don Augusto B. Leguía. El éxito no pudo ser más halagador, de modo que se pudo disponer de una cantidad respetable para echar los cimientos del Colegio.
La Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, popularmente conocidos comoClaretianos (en latínCordis Mariæ Filius) (oficialmente y en italianoMissionari Clarettiani - Congregazione dei Missionari Figli del Cuore Immacolato di Maria), fue fundada por San Antonio María Claret, el 16 de julio de 1849,1con el fin de buscar en todas las cosas la gloria de Dios, la santificación de sus miembros y la salvación de las almas de todo el mundo. Esta congregación religiosa, tiene colegios y liceos en España, América Latina y Filipinas.
Los miembros de la comunidad hacen votos de castidad, pobreza, obediencia y oración. La congregación se divide en provincias, delegaciones, casas y residencias.
Después el Colegio ha seguido su carrera triunfal en prestigio y nú
mero de alumnos aumentando tres veces más, por lo menos, su capacidad.
Y casi podemos afirmar que el Claretiano ha sido el núcleo central en el
desenvolvimiento de la población, la cual, en la fecha de la fundación del
Colegio, contaba sólo 7,000 habitantes y ahora sobrepasa los 70,000. En
este sentido nos place proclamar a Magdalena Claretiana.”
Magdalena del Mar, octubre de 1958
R.P. Jaime de Gondra cmf
Director del Colegio Claretiano (1957 – 1959)
Autor de la presente remembranza sobre
 el Nacimiento del Colegio Claretiano.

EL COLEGIO CLARETIANO

NACIMIENTO DEL
 COLEGIO
CLARETIANO
“Es cosa muy conocida en la historia de Magdalena del Mar o
Magdalena Nueva, que la base de su urbanización la constituyeron dos fac
tores igualmente importantes: el excelente enos de la
familia Puente, representada en sus Sra.
Constanza de la Puente Valega a
población llevaba consigo la pérdida de la tradició milia, una de
las más nobles de Lima, enlazada co s de la nobleza
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A cuya iniciativa y con la donación del am el Templo del
“Corazón de María” y el Colegio Claretian labor
evangelizadora y pedagógica
Empeñada por la marcha del colegio, el catecismo de los niños y el bienestar de los
profesores, la Congregación Claretiana la tiene entre sus “Bienhechores Insignes”.
La Santa Sede la condecoró por su ardiente celo a las vocaciones religiosas y sacerdotales.
El Señor de los Milagros es una imagen de Cristo en la cruz pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú), y venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo, por quienes es considerada milagrosa. Su procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo. Fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o benito, según Raúl Porras Barrenechea. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes, predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac, tan solo por haber sido pintado en el Barrio de Pachacamilla en el centro de Lima.

EL TURRÓN


Según cuenta la tradición que su inventora fue una morena, llamada Josefa Marmanillo, una esclava del valle de Cañete. Doña "Pepa" fue liberado porque adolecía de parálisis y prometió al Señor de los Milagros seguir la procesión si la aliviaba de su mal. Durante el primer día de la procesión recuperó milagrosamente el uso de sus brazos y manos. Y esa misma noche, Doña "Pepa" soñó la receta del turrón. Al día siguiente lo preparó y lo repartió entre los pobres de Las Nazarenas. Desde entonces todos los meses de octubre este dulce invade con su aroma toda la ciudad.

COSTUMBRES

Devotas del Señor de los Milagros.


EL HÁBITO

A la difusión del culto contribuyó el esfuerzo de Antonio Lucía del Espíritu Santo, sierva de Dios. Ella vestía de morado, con un cordón blanco. Fundó el Beatario de Las Nazarenas y la congregación vistió como ella. Se dedicaron, entre otras labores, a cuidar la imagen de Pachacamilla. Así, poco a poco, se fue asociando el traje morado al Señor de los Milagros. Desde entonces hasta hoy, los fieles hacen peticiones al Cristo Morado y le prometen, a cambio, vestir de morado por un año o hasta por toda la vida el hábito.

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Historia del Señor de los Milagros

La procesión del Señor de los Milagros,Cristo de Pachacamilla o Cristo Moreno, recorre las calles limeñas todos los años en el mes de Octubre desde 1687, trayendo consigo bendiciones de unión, esperanza, fervor católico y tradición. En el mes de Octubre la imagen del Cristo crucificado mueve a millones de fieles en procesión. Los fervientes devotos vestidos de morado tratando de emular a las hermanas nazarenas, llevando detentes como símbolo de adhesión y devoción al Señor.

Cuenta la historia que a mediados del siglo XVII un humilde mulato pintó al Cristo crucificado en un paño de muro, dentro del muladar de Pachamilla, una zona donde los negros angolanos se agruparon viviendo en una pobreza absoluta.

El 13 de Noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde se produjo un terrible terremoto en Lima y El Callao, derrumbando Iglesias, sepultando mansiones dejando miles de muertos y daminificados.

Todas las paredes de la cofradía se vinieron abajo, excepto el débil muro de adobe en el cual se encontraba pintada la imagen de Jesús. La imagen quedó intacta, sin ningún resquebrajamiento.

La imagen atrajo gran cantidad de adoradores, que con sus cánticos y bailes semipaganos escandalizaban a las autoridades políticas y religiosas, el Virrey ordenó la destrucción de la imagen. Al subir un pintor la escalera para borrarla, empezó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido de inmediato para proseguir con su labor. Luego intentó nuevamente subir pero fue tanta la impresión causada que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin culminar con la tarea encomendada.

Un segundo hombre, un soldado de Balcázar, de ánimo más templado, subió pero bajó rápidamente, explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen vió que se ponía más bella y que la corona se tornaba verde; por esa razón no cumplió la orden dada. Ante la insistencia de las autoridades por desaparecer la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a protestar con airadas voces y actitudes amenazantes que obligaron a retirarse a la comitiva. La orden fué revocada y se acordó que en ese lugar se rindiera veneración a la poderosa imagen.